En este capítulo hay un importante desplazamiento espacial (que nos llevará a otro temporal): del espacio público de Vetusta, de la catedral y el paseo del Espolón, la acción nos llevará al dormitorio de Ana, la Regenta. El pasaje equivale a ir de lo público a lo privado, al espacio de lo íntimo. Es el primer personaje que se presenta desde esta categoría y ello le permite al narrador entrar en la conciencia de la Regenta y en su historia personal, en lo que hoy llamaríamos “traumas de infancia”. La intimidad de la Regenta es tratada por el narrador a partir de un rasgo básico: su sensualidad. No hay, como en el caso de otros personajes, un retrato directo. Más bien, un conjunto de detalles que nos permiten representarnos su conflictiva vida interior.
La Regenta entra en su habitación y comienza a leer un libro devoto, preparándose para la confesión general que Fermín De Pas ha considerado conveniente. Sin embargo, sus ojos se detienen en unas palabras del libro Si comió carne y su mente se extravía en divagaciones.
Observen la combinación de imágenes táctiles y visuales, que resaltan la sensualidad del personaje, simbolizada, quizá, en la piel de tigre. Es un objeto extraño: la piel de tigre puede vincularse con la sexualidad y con el exotismo, como en este cuadro del pintor catalán Antonio Torres Fuster (1874-1945), nacido en la época de publicación de La Regenta.

Según Obdulia, que secretamente envidia el objeto, es un “capricho caro y extravagante, poco femenino al cabo”. Y sin embargo, la frívola Obdulia no lo considera un objeto vinculado con la sexualidad. Su dictamen es que en la habitación de la Regenta “No hay sexo. Aparte del orden, parece un cuarto de un estudiante.” No hay piezas de arte, tampoco marcas de devoción, siempre según la observación de Obdulia: “Allí la piedad está representada por un Cristo vulgar colocado de una manera contraria a las conveniencias.” Incluso en su intimidad, resguardada celosamente (Obdulia había entrado varias veces a la habitación, “a fuerza de indiscreción”), Ana disimula las huellas de su sensualidad, que, sin embargo, delata el narrador en su actitud voluptuosa, que compara con la de una impúdica modelo: “Ana corrió con mucho cuidado las colgaduras granate, como si alguien pudiera verla desde el tocador.[…] Después de abandonar todas las prendas que no habían de acompañarla en el lecho, quedó sobre la piel de tigre, hundiendo los pies desnudos, pequeños y rollizos en la espesura de las manchas pardas. Un brazo desnudo se apoyaba en la cabeza, algo inclinada, el otro pendía a lo largo del cuerpo, siguiendo la curva graciosa de la robusta cadera. Parecía una impúdica modelo olvidada de sí misma en una postura académica impuesta por el artista”. (p.170).

La voluptuosidad con que la Regenta se relaciona con los objetos, sobre todo a partir del tacto, es considerada por el propio personaje una necesidad: la suavidad material de los objetos (colchones, sábanas) de alguna manera compensa la falta de suavidad moral que le produjo el hecho de criarse sin madre, en condiciones adversas.
Con el pretexto del examen de conciencia, la Regenta se embarca en una serie de ensoñaciones, contexto que aprovecha el narrador para contarnos la infancia de Ana, a partir de un episodio clave que la marcó: la barca del Trébol. A partir de este episodio, apenas una aventura infantil e inocente, la Regenta se pone en contacto con los códigos de la hipocresía social y del disimulo. Después del episodio de la barca del Trébol, y debido al escándalo montado por doña Camila, el aya de la niña (retratada con crueldad devastadora por el narrador: doña Camila tiene un amante con el que es sorprendida en varias ocasiones por la niña Ana), “la trataron como un animal precoz” y relacionaron su conducta instintiva con la figura de su madre. Este recuerdo sofoca y encoleriza a Ana, que vuelve a la realidad pensando “¡Qué vida tan estúpida!”.
Comenta el narrador: “Esta conciencia de la rebelión la desesperaba: quería aplacarla y se irritaba”
Dejando de lado el proyecto de examen de conciencia, Ana se embarca ahora en una ensoñación romántica que tiene a Alvaro Mesía como protagonista, en el rol del Barbero de Sevilla. Contrasta la figura de este hombre con la de su marido, don Víctor y sobreviene “el ataque”. Los otros habitantes de la casa, don Víctor y la criada Petra, acuden en su ayuda. Petra ya sabe qué hacer, lo cual indica que los ataques de Ana son frecuentes.
Don Víctor y la honra
Don Víctor atiende a su mujer, pero está más preocupado por las pocas horas de sueño que tendrá hasta que su amigo Frígilis venga a buscarlo para ir de caza. Ana no para de hablar a su marido, más de lo que este quisiera. Cuando se calma, después de proponerle a su marido tener un hijo, don Víctor se siente en condiciones de volver a su cuarto, aunque por un momento, ante un beso apasionado de Ana, le “hirvió la sangre”. Pero si se decidía a quedarse con su mujer, no podría ir a la cacería y prefiere esto último. Le pide a Petra, que se le insinúa, que lo llame al sentir los tres ladridos que han pactado con Tomás. Antes de ir a su cuarto, pasa por la casa-habitación de sus pájaros. Como no puede dormir, se pone a leer comedias de Calderón de la Barca: su obra favorita es El médico de su honra. En eso está cuando escucha la señal de Frígilis.
Mientras tanto, Ana tampoco puede conciliar el sueño: reinterpreta el episodio de la barca de Trébol como providencial, ya que gracias a ese suceso había aprendido a guardar las apariencias y “En Vetusta, decir la Regenta era decir la perfecta casada”, aunque, como reconoce la propia Anita, en los últimos tiempos ha estado sufriendo los avances atrevidos de don Alvaro Mesía. Pensando esto se queda dormida mientras Víctor sale de incógnito (no le ha dicho a su esposa que marcharía tan temprano) al encuentro de su amigo Frígilis.
Enciclopedia
Sobre Calderón de la Barca
Sobre los dramas de honor de Calderón
Los dramas de honor son los que más fama han dado al autor y los que, probablemente, más críticas han atraído sobre su figura. Sus argumentos son casos extremos en los que la fama pública de un hombre se ve comprometida por un adulterio, o por la simple sospecha de éste, sin que le quede al deshonrado más remedio que lavar su honor con la mancha de los culpables. El concepto de honor, absolutamente ajeno a la mentalidad de nuestro tiempo, no se refiere al arrebato de celos, sino a una auténtico mandamiento social al que hay que obedecer a sangre fría:
"Al Rey, la hacienda y la vida
se ha de dar, pero el honor
es patrimonio del alma
y alma sólo es de Dios".
Con todo, se trataba de un código que, al menos en el teatro y la novela, el público aceptaba y aplaudía. Su pervivencia en nuestra sociedad ha sido tema constante para los escritores preocupados por el estudio del carácter español, tanto en ensayos como en novelas, en las que, casualmente o no, coincide con el tema de Don Juan. Es el caso de La Regenta, de "Clarín", y Tigre Juan y El curandero de su honra, de Ramón Pérez de Ayala. En este último, la parodia del honor calderoniano es evidente desde el propio título. Las tres obras más conocidas de este apartado de la producción calderoniana son El Pintor de su deshonra; A secreto agravio, secreta venganza y, sobre todo, El médico de su honra, en el que un caballero deja morir desangrada a su mujer por la simple sospecha, infundada, de haberle sido infiel con la posterior anuencia, y aún alabanza, del rey. Con todo, el más famoso drama de honor de Calderón es El Alcalde de Zalamea, en el que el conflicto del honor abandona la escena cortesana para aparecer entre plebeyos como el alcalde Pedro Crespo, personaje digno y consciente tanto de su valor como de su puesto en la sociedad que se rebela contra los abusos (como siempre de tipo sexual) del capitán don Álvaro de Ataide, de familia noble. La posición del villano es reforzada en la obra por la cobardía de un hidalgo pobre que intenta aparentar lo que no tiene. Como en el caso anterior, la presencia del rey sancionando al que ha lavado su honor supone la aprobación suprema de su conducta.
Fuente: Ver aquí
6 comentarios:
Hasta hoy llevo leído seis capítulos de La Regenta, la cual es realmente interesante ya que muestra los distintas debilidades que sufre un ser humano.en el cap 6 me produce una gran intriga conocer el porque Don Victor no mantiene relaciones amorosas con su esposa siendo que ella es muy bella según la describe el autor , espero que con la lectura d los siguientes capitulos pueda develar esa incógnita
Esprobable que el autor de estelibro, este influenciado en mis percepciones. En este capítulo, es donde se hace una descripción de la personaidad de doña Ana de Ozores, La Regenta y creo no equivocarme pero de alguna manera, siento pena por este personaje.
Es probable que el autor de este libro, este influenciado en mis percepciones. En este capítulo, es donde se hace una descripción de la personaidad de doña Ana de Ozores, La Regenta y creo no equivocarme pero de alguna manera, siento pena por éste personaje.
Sigo sorprendiendome de los modos que utiliza el autor para describir los comportamientos de los personajes. En sociedad, los personajes cuidan hasta el más mínimo detalle, y en soledad hacen (aparentemente) lo que realmente quieren.
¿¿¿Es que acaso, solo pueden disfrutar de su identidad como seres humanos, cuandono tienen ninguna otra persona que les indique los comportamientos adecuados como seres "civilizados"???
¿¿¿Todos en esta novela, buscan alcanzar las "alturas" de la vida, en la "bajeza" de lo cotidiano???
Lucero Mariana:Estimado profesor tenemos una duda con mi compañera sobre el personaje de la regenta.Si ella es hipocrita o no.Para mi amiga lo es ya que no demuestra lo que siente y para mi no lo es porque ella no se identifica con ese tipo de vida que lleva los vetustenses.Sino que se sacrifica a su modo de vida
hola profe:buenisimo los nuevos añadidos al blog.mi consulta es otra:la semana proxima va a recuperar las clases del 27 y28 de junio o se va a dedicar al recuperatorio solamente?le agradeceria mucho q esa duda me la conteste a mi casilla (sajya_yise20@hotmail.com) y si puede pasame el diccionario que ud. tiene en versiòn virtual (creo).Espero q ya este sano y bien.Hasta luego
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