
El capítulo 2 se abre con una nueva ironía: lo que mueve a los canónigos del coro de la catedral de Vetusta no es precisamente la adoración religiosa. El narrador los retrata como burócratas de la iglesia y destaca sus roces y rencillas.
Don Fermín se encuentra con Ripamilán
Retrato del arcipreste don Cayetano Ripamilán
El arcipreste se refiere de manera “un poco verde” a la presencia de mujeres en el templo.
Es un hombre de estatura pequeña, con modales y aspecto de pájaro “tenía sin duda mucho de pájaro en figura y gestos, y más, visto en su sombra”. “Como el interlocutor solía ser más alto, para verle la cara Ripamilán torcía la cabeza y miraba con un ojo solo, como también hacen las aves de corral con frecuencia.
Sus pasiones: la poesía, las mujeres y la escopeta.

Ripamilán y la poesía: En un tiempo, el Cabildo persiguió la manía poética de Ripamilán, que se consideraba escandalosa para un sacerdote. Sus autores favoritos eran Garcilaso y Marcial. . Marcial, el poeta latino, había nacido como él en Calatayud. También, entre los españoles de su época, Meléndez Valdés y Moratín (nombrado por su seudónimo de “Inarco Celenio”), poetas ya pasados de moda: “No era don Cayetano uno de tantos canónigos laudatores tempori acti, como decía él: no alababa el tiempo pasado por sistema, pero en punto a poesía era preciso confesar que la revolución no había traído nada bueno”.
Qué piensan en Vetusta del Arcipreste: “Ni un solo vetustense, aun contando a los librepensadores que en cierto restaurant comían de carne el Viernes Santo, ni uno solo se hubiera atrevido a dudar de la castidad casi secular de don Cayetano. No era eso. Su culto a la dama no tenía nada con las exigencias del sexo. La mujer era el sujeto poético, como él decía, pues se preciaba de hablar como los poetas de mejores siglos y al asunto solía llamarle sujeto.”
Se trata de un sacerdote dado a las tertulias y a las reuniones de sociedad, muy querido por la gente joven de Vetusta. Algunos canónigos opinan que es liviano en sus opiniones, que se expresa de manera no conveniente y que tiende a ser boquirroto. A lo que el daba entender que él “tenía los verdores en la lengua, y otros, no menos canónigos que él, en otra parte” (p.156).
Trifón Cármenes: “el poeta de más alientos de Vetusta, el eterno vencedor en las justas incruentas de la gaya ciencia”
Un tema a destacar: la actitud de los personajes masculinos hacia los femeninos.
Comparar la actitud hacia las mujeres de Ripamilán y de Saturnino Bermúdez.
El Magistral no se marchaba de la catedral después del coro porque tenía algo que hablar con Ripamilán, que es uno de los pocos canónigos que lo estima. Era costumbre de los canónigos quedarse hablando en la sacristía después de coro, y en esa reunión desataban la lengua y murmuraban sobre los ausentes. Ripamilán también lo hacía: solía poner apodos.
Al Arcediano Restituto Mourelo, Ripamilán le había dado el mote de “Glocester”.
Retrato del Arcediano “Glocester”: todo se volvía secretos.

Era un poco torcido del hombro derecho…En vez de disimularlo subraya el vicio corporal torciéndose más y más hacia la derecha, inclinándose como un sauce llorón. Resultaba de aquella extraña postura que parecía Mourelo un hombre en perpetuo acecho, adelantándose a los rumores, avanzada de sí mismo para saber noticias, cazar intenciones y hasta escuchar por los agujeros de las cerraduras. Encontraba el Arcediano, sin haber leído a Darwin, cierta misteriosa y acaso cabalística relación entre aquella manera de F que figuraba su cuerpo y la sagacidad, la astucia, el disimulo, la malicia discreta y hasta el maquiavelismo canónico que era lo que más le importaba. Creía que su sonrisa, un poco copiada de la que usaba el Magistral, engañaba al mundo entero. Sí, era cierto que don Restituto disfrutaba de dos caras: iba con los dos de la feria y volvía con los del mercado; disimulaba la envida con una amabilidad pegajosa y fingía un aturdimiento en que no incurría nunca.
Cayetano habla de Obdulia Fandiño: “Es epicurista. No cree en el sexto” (mandamiento)
“La historia de Obdulia Fandiño profanó el recinto de la sacristía, como poco antes lo profanaran su risa, su traje y sus perfumes”
Relaciones
Fermín es el confesor de Obdulia. La relación entre Fermín y Ripamilán: eran muy buenos amigos, Ripamilán es uno de los pocos defensores que tiene Fermín. Glocester, en cambio, es el enemigo acérrimo del Magistral.
Fermín se ha enterado de que la Regenta estaba en la capilla esperándole para confesar.
Noticias sobre la Regenta:
Don Víctor, el esposo de la Regenta, ya no era Regente, pero a ella le había quedado la denominación. La nueva Regenta es siempre la otra Regenta: el título queda para la Ozores, de familia tradicional de Vetusta.
El poder de la confesión: un conflicto
El confesor de la Regenta era don Cayetano, que quería renunciar a dicho puesto debido a sus años y había señalado como su sucesor al Magistral. Esto desata un conflicto ya que don Custodio relaciona el poder que el Magistral adquirió con la gente poderosa que confiesa, por ejemplo, la hija del indiano más rico: Olvido Paéz. Don Custodio ve en la capilla del confesionario del Magistral a la Regenta, que no sabía que ese día preciso el Magistral no escucha confesión. Don Custodio relata a Glocester el incidente. El Arcediano desea ser él el heredero de don Cayetano, en razón de que él le seguía en jerarquía y considera un atropello el beneficio que ha obtenido el Magistral. No puede, sin embargo, reclamarle al Obispo, dado que éste es, según Glocester, un esclavo en las garras del Magistral. Don Custodio apoyaba a Glocester en esta pretensión (porque él no puede, debido a su jerarquía inferior, ser el heredero).
El Magistral, aunque enterado, no quiere confesar a la Regenta ese día, para no dar más motivos de murmuración, aunque había visto a Ana acompañada por su amiga Visitación. La Regenta había infringido una norma de las damas de su condición: pedirle hora. Esa infracción motiva una serie de especulaciones en Fermín: “El suceso era bastante solemne y había de sonar lo suficiente para merecer preliminares más ceremoniosos. ¿Era orgullo? ¿Era que aquella señora pensaba que él había de beber los vientos para averiguar cuándo vendría a favorecerle con su visita?...¿Era humildad?¿Era que una delicadeza y un bueno gusto cristiano y no común en las damas de Vetusta quería confundirse con la plebe, confesar de incógnito, ser una de tantas? (p.162)
El Magistral ya no quería más Obdulias ni Visitaciones.
Cayetano esquiva a Glocester (“Ay de los zorros, si las gallinas no fueran gallinas”) y sale con Fermín. Glocester recibe el golpe y jura venganza. Cayetano se entera, por boca de Fermín que la Regenta estuvo esperando al Magistral y que salió finalmente con Visitación a caminar por el Espolón. Cayetano urge a Fermín y salen a buscar a las damas. De paso, Cayetano da su visión de la Regenta a Fermín: “quiero que usted conozca bien a esa mujer psicológicamente, como dicen los pedantes de ahora; es una gran mujer, un ángel de bondad, como le tengo dicho” (p.164) Sin embargo, Cayetano escucha a Saturno y Obdulia hablando en la capilla de San Clementina, se distrae y olvida su apuro: entra en la capilla para ir al encuentro del grupo que visita la catedral. “El Magistral le siguió para ocultar su deseo de llegar al Espolón cuanto antes.”(p.164)
El capítulo se cierra con una escena cómica a cargo de Saturno, Obdulia y los visitantes que comentan el arte de la capilla: según Saturno, el feo lunar gótico que afea la severa arquitectura románica, por su churriguerismo. La visitante está harta de escuchar “a ese charlatán, sinvergüenza y libertino” y cree que Saturno toca a Obdulia, amparándose en la oscuridad del templo.
Enciclopedia
En este capítulo se hace referencia a una revolución acontecida tiempo atrás y a dos facciones enfrentadas: los liberales y los carlistas. ¿De qué revolución se trata?
Las preguntas:
Sabemos que a don Saturno no le gusta el estilo recargado de la capilla de San Clementina, cuya construcción es muy posterior a la de la catedral. Los personajes la califican de churrigueresca Pero ¿qué opina el narrador de esa capilla? Explicar la creencia de Saturno, que cierra el capítulo: “amaba y creía ser amado”.
Destacar:
En este capítulo se avanza en el planteo del conflicto, dando argumentos para ubicar a los personajes de un bando y de otro. El primer conflicto de la novela es la cuestión ¿Quién confesará a la Regenta?
2 comentarios:
Muchas Gracias Por ayudarnos con internet profe...
Profe: Suerte que nos explico como subir nuestros comentarios, yo le vengo debiendo los mios hace casi un mes...
"Probablemente sea, porque recientemente he comenzado a leer el libro, pero tengo dificultad para reconocer los personajes y el papel que juegan, especialmente los papeles secundarios; y tambien algunas partes donde se desarrollan diálogos entre más de dons personajes, para distinguir cuando habla cada uno"
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